Cuando hablamos de cristales la primera imagen que nos viene
es el cuarzo. Estamos ante un mineral arquetípico, un cristal que irradia una
luz blanca transparente que cubre todos los colores del espectro, del negro a
la luz blanca pasando por el amarillo, verde rosa azul y morado.
El cuarzo es un cristal en el que podemos contemplar una
evolución, desde su base mas nebulosa
hacia su punta cristalina irradiadora de luz. Sus seis caras progresan hacia su
punta, en estas seis caras podemos vislumbrar los seis chakras que
avanzan hasta su punta en el que encontramos una semejanza con el chakra
corona, la conexión del mundo físico con los mundos espirituales. El cuarzo nos
enseña a manifestar la claridad y la pureza de la luz blanca en frecuencias mas
bajas y mas densas, nos enseña a traer
la luz a nuestro mundo físico.
Cuando introducimos el cuarzo en nuestra vida estamos
alojando un maestro de la consciencia. En las personas menos
lucidas actúa de manera subliminal principalmente a través del subconsciente. En personas mas conscientes de su paso y finalidad en la vida
actúa como referente luminoso del camino a recorrer.
Pintura de Alex Grey |
Los cristales de cuarzo son formas perfectas de materia
alineadas y armonizadas con la consciencia cósmica, canalizándola al plano
terrenal. Los cristales de cuarzo reflejan luz blanca purificada, la misma que
hemos de aspirar a plasmar diariamente en nuestros pensamientos, sensaciones,
palabras y acciones. Y de la misma manera que el cuarzo los hombres evolucionamos hacia la
luz y nuestro destino también es conectar con la consciencia cósmica para
manifestarla en el plano físico.
El cuarzo camina
junto a los seres humanos en su destino evolutivo. Cuando los cristales y los
humanos unimos nuestras fuerzas podemos descubrir nuevos mundos de consciencia de los que emanan alegría y esperanza.
Podemos aprender del cuarzo su capacidad para asimilar todos los colores, haciéndolos
vibrar simultáneamente en los siete centros de los chakras principales, sin dejar
de mantener por ello una perfecta armonía con la luz. Este es el mayor desafío
para el ser humano en su aspecto físico.
Cuando trabajamos con el cuarzo el aura vibra a una mayor
frecuencia, disolviendo los colores mas sombríos, el cuarzo crea vibraciones de
mayor intensidad y colores mas vibrantes que limpiaran el aura de elementos
oscuros que podamos llevar adosados.
Como conclusión solo queda añadir que el cuarzo es un
cristal a experimentar, la teoría y las historias sobre el mismo son muy
numerosas y atractivas, pero lo realmente interesante es la propia experiencia
y el conocimiento directo que podamos llegar a alcanzar sobre el mismo.
ineresante muy interesante gracias por publicar,
ResponderEliminar