Lo primero que hemos de ver al tratar sobre el mal de ojo es
saber que es. Podríamos definirlo como un mal producido por las miradas de envidia o de admiración. El causante de mal de ojo provoca un mal a
través de la envidia o admiración de la mirada o de determinados actos o pensamientos. En algunas culturas
orientales se cree que las personas que tienen los ojos claros tienen una mayor
facilidad para provocar dicho mal.
Los principales efectos del mal de ojo tienen como principales
síntomas el cansancio, la tristeza, la mala suerte y sus efectos pueden llegar
a provocar la muerte.
Para resguardarnos del mal de ojo tenemos a nuestra
disposición diferentes amuletos. Desde la cruz de Caravaca, las higas,
diferentes minerales, colmillos etc.
Un ejemplo típico es que casi todos los turcos para evitar
males al comprase un coche lo primero que hacen es colocarle un ojo protector.
De esta manera evitan que los halagos de los vecinos o las miradas envidiosas
de los conocidos puedan provocarle un accidente. Este simple ejemplo podemos
ampliarlo a prácticamente todos los aspectos de la vida cotidiana de los turcos.
Algo curioso de este amuleto es la rápida difusión que ha
tenido en las ultimas décadas en toda Europa y en prácticamente todo el mundo.
Esto nos indica que todavía tenemos arraigadas supersticiones que parecen
reñidas con el mundo materialista en que vivimos, pero que llevamos tan dentro de
nosotros que afloran de manera natural en nuestra vida cotidiana.